Alrededor de 1850 Pedro Candela Soriano comenzó a producir y vender localmente pequeñas cantidades de vino hasta que en 1925 Antonio Candela García fundó una pequeña bodega. Posteriormente se hizo cargo de ella Antonio Candela Poveda, que la hizo crecer y evolucionar a lo largo de los años y en la actualidad, sus dos hijos, Antonio y Alfredo, recogen el testigo y dirigen la empresa que gestiona las bodegas y las fincas familiares.
Desde la pequeña exportación local a la moderna bodega que produce vinos de calidad apreciados en los mercados internacionales, cuatro generaciones han pasado conocimientos y tradición de padres a hijos. Los Candela ha dedicado su vida al vino y Barahonda es el resultado visible de esta pasión.