Nuestra bodega, que vendimia de madrugada cuando la uva está más fría, fermenta cada variedad de forma individual y nos distinguimos por el uso de la desgranadora en la recepción de la uva en la bodega, en vez de la habitual despalilladora-estrujadora. Nuestra bodega también se caracteriza por sus remontados suaves, largos y diarios para evitar la ruptura de granos. Tenemos capacidad para 300.000 litros, recibimos 6.000 kilos diarios de uva. Contamos con 11 depósitos de hormigón y 14 de acero inoxidable. El comportamiento en la vinificación de ambos depósitos está siendo objeto de estudio en la Universidad Politécnica de Valencia por Francesc Girón y María José Peidro.
Nuestro pago está situado en lo alto de un pequeño montículo a unos 700 metros de altitud sobre el nivel del Mar Mediterráneo. Es sorprendente constatar cómo estando tan próximos al mar (60 km), el clima característico es claramente continental. Si a esa temperatura idónea unimos su terreno calizo obtenemos una tierra capaz de producir vinos de gran personalidad. Complejos. Con cuerpo. Con color. Con persistencia y mineralidad. Con grados. Con fruta, color, taninos, madurez y redondez. Con frescura y aromas primarios. El manantial que recorre nuestra tierra proporciona agua mineral a unas cepas que no superan los dos kilos de producción. Ofrecemos así lo mejor de nuestra cosecha en cada botella.
A veces, muy pocas, la vida compensa al hombre y le concede que sus sueños se hagan realidad. Nosotros, Julián López y María José Peidro, una farmacéutica enamorada del vino, vimos realizado ese anhelado sueño en 1992 encontrando un lugar perfecto en el que plantar las variedades deseadas. Tuvimos que esperar 13 años en los que estuvimos visitando las mejores Bodegas francesas y españolas hasta que finalmente pudimos crear una bodega de referencia desde la nada. Sin condicionamientos. Sin ataduras, mostrando libremente nuestros gustos y sabiduría enológica. Para ello, nos hemos dotado de la mejor técnica y los mejores profesionales para elaborar vinos con un marcado sello personal.
Hemos sido unos afortunados. Hemos creado un pago o château (como a nosotros mismos nos gusta definirlo) de 40 hectáreas de terreno donde las viñas conviven en perfecta armonía con los almendros y olivos.
En Chozas Carrascal somos un equipo en el que todos luchamos por un mismo sueño: elaborar vinos al más alto nivel con un marcado sello personal.
Nosotros, Julián López y María José Peidro, unos apasionados del vino, somos los que empezamos éste proyecto ilusionante. Junto a nuestros hijos, María José y Julián, viajamos durante años conociendo las mejores Bodegas francesas y españolas. Les hemos hecho participes de nuestra ilusión y son el futuro de Chozas.
Nos hemos dotado de la mejor tecnología y el mejor equipo humano para hacer realidad nuestro sueño. Con el prestigioso enólogo Michel Poudou iniciamos éste proyecto, y ahora, colabora estrechamente con nuestro maravilloso enólogo, Francesc Girón, un joven Ingeniero Agrónomo enamorado del vino sin el cual éste sueño no sería lo mismo.
Trabajamos todos estrechamente para lograr que nuestros caldos sean difíciles de olvidar.