Hubo un día en que tres almas gemelas compartieron el mismo sueño después de media vida en el mundo del vino. Elaborar los vinos que querían hacer, empezando en la cepa y terminando en la etiqueta.
Entre los caprichos de los vinos de autor para iniciados, el vino elaborado según los dictados de la moda y el mercado, hay una tercera vía que Marc Grin, Pablo Ossorio y Rafael Navarro han querido explorar con una apuesta personalísima a la que han dado el nombre de Bodegas Hispano-Suizas por el origen de sus socios.
Con la independencia que les da una contrastada experiencia y teniendo las tres patas del banco de un buen producto: viticultura tradicional, enología innovadora y exportación inteligente, Rafael, Pablo y Marc han tenido las manos libres para componer una pequeña obra maestra.
Se trata de hacer vinos de alta gama, asequibles para los cada vez más abundantes amantes del buen vino. Con el justo esnobismo pero sin perder de vista que un buen vino se hace día a día desde la poda de la vara adecuada al coupage exacto, pasando por una exigente y paciente vendimia y una sabia combianción de maderas.
El objetivo es ambicioso: hacer Obras Maestras, distintas pero entendibles por el cliente. De ahí que los nombres de los vinos vayan a tener el denominador común de ser términos utilizados en la música clásica.
Porque un buen vino, para que nada desafine, tiene que salir de la botella como una sintonía en la que cada instrumento ocupa su sitio y su momento. Eso es el sueño de Bodegas Hispano-Suizas que ahora empieza a plasmarse.